Hace 15 años en el sur del Tolima era el tiempo aciago de las balas, el miedo y la
zozobra. El conflicto interno había minado por décadas las esperanzas de una
productora región y logró estigmatizar a sus habitantes.
Pero pudo más la resiliencia de quienes estaban decididos a creer que la agricultura y,
especialmente, el cultivo del café podía ser el camino para transformar la vida de miles
de familias campesinas.
Habían transcurrido varios meses del 2006 cuando Edith Enciso decidió volver a
presentar su café al concurso Taza de la Excelencia. Ya había participado varias veces
en esa subasta que premia la calidad del café que se cultiva en las cordilleras de
Colombia. Su presencia en anteriores versiones le había dejado el sabor amargo de no
lograr los puestos de vanguardia. Esta vez, ganó la Taza de la Excelencia con sus
granos.
Si bien es cierto, en esa oportunidad el café de la flamante ganadora de la subasta no
logró un buen precio en el mercado de compradores, como ella lo reconoce, si le abrió
las puertas a otras familias productoras y aún más allá, logró qué el mundo de las
grandes empresas comercializadoras de café de alta calidad fijaran su mirada en esta
región. “No nos conocían, no conocían la calidad de lo que estábamos cultivando en
Planadas y en el Tolima”. afirma.
Después vinieron otros nombres y, por supuesto, otras fincas y otros productores que
se atrevieron a participar y que ganaron concursos internacionales de café de alta
calidad, o cafés especiales como les conocemos.
Hoy, 15 años después, la cultura de los Cafés Especiales se ha convertido en el
lenguaje cotidiano de muchas familias campesinas tolimenses. Han recorrido el camino
de la experiencia y entendieron que el futuro de la caficultura regional está en cosechar
lo que el mundo quiere tomar: “Indudablemente, la tendencia es hacia el café
orgánico, hacia el café Honey que se cosecha distinto y que tiene una gran aceptación
entre los consumidores”, revela la señora Enciso.
Durante la clausura de la Segunda Semana del Café Tolimense – Encuentro de Saberes,
culminó el Proyecto de Cafés Especiales; una iniciativa ejecutada desde el año 2018
por el Gobierno Departamental en convenio con las universidades de Ibagué y del
Tolima para posicionar la caficultura tolimense en el mundo de los cafés de alta
calidad. Los recursos por $11.800 millones beneficiaron a 551 familias agremiadas en
75 asociaciones de productores, en 13 municipios del Departamento.
El convenio de innovación introdujo al campo tolimense tecnologías como
despulpadoras y clasificadoras, termómetros, tolvas plásticas y tabletas. Además, los
caficultores recibieron formación en Tecnologías de la Información y la Comunicación
y participaron en ferias y encuentros de saberes con productores exitosos de otras
regiones de Colombia. También, dejó al servicio de las familias caficultoras dos
laboratorios de café y 25 productores pudieron conocer la exitosa experiencia
mexicana en el cultivo del café orgánico que hoy se disfruta en más de 50 países.
La Gobernación del Tolima ya logró la aprobación, a través del Fondo de Ciencia,
Tecnología e Innovación, de un segundo proyecto para Cafés Especiales por $16.000
millones. Se beneficiarán 1.200 familias cultivadoras de 150 asociaciones; entre los
cuales hay 300 jóvenes campesinos, responsables del cambio generacional y
depositarios del futuro de la caficultura de alta calidad.
Esta nueva estrategia contempla la construcción de dos plantas de micro secado, la
entrega de nuevos paquetes tecnológicos y la incorporación de la técnica ECOMILL
que integra tecnología de bajo impacto ambiental. Será ejecutada por el Comité
Departamental de Cafeteros, el Centro Nacional de Investigaciones de Café-Cenicafé y
la Corporación Autónoma Regional Cortolima; según las precisiones que entregara el
gobernador Ricardo Orozco Valero.
El café de la Isla, como se llama la finca de la señora Edith Enciso en el corregimiento
de Gaitania, en Planadas, se degusta en Australia. La cosecha tiene la venta asegurada;
entre otras razones, gracias a la calidad de sus granos, a las buenas prácticas agrícolas,
a la disciplina y el cumplimiento en las fechas y cantidades de entrega. Ahí está el
secreto.
La señora Enciso pondera la estrategia de Cafés Especiales que lidera la Gobernación
del Tolima porque según sus palabras “es de una inmensa ayuda en la búsqueda de
productos diferenciales”. Habla con orgullo del cambio generacional porque su hijo ya
tiene su propio cultivo de café y está en el camino y en el indeclinable, propósito de
mantener su legado.