Un ejemplo de icono

Secundina Monroy Gualtero, ‘La Vieja Satu’, relata: “muchos asocian al Guando con el Fraile o el Cura sin Cabeza, porque dicen que este va a buscarlo para brindarle cristiana sepultura pero nunca lo encuentra, por eso los dos deambulan en este plano sin tener una paz eterna”.

“El Guando es un cortejo fúnebre que camina por las llanuras; dicen que anda al son de diferentes ritmos musicales, entre los que se destacan más los bundes o llamados. Estos son acompañados de fiesta, comida y trago; también dicen que hasta el sitio donde esté el difunto, llegan otras deidades del mal, como la Llorona, el Mohán, y brujas. Es una imagen que aterroriza hasta al más católico de los seres humanos”, añade Bernardo Sánchez, ‘El Maestro Berna’.

“Muchos dicen que una de las señales que caracterizan esta aparición es escuchar las crías de la aves de corral ‘Piar’, desenfrenadamente, y luego aparece una mujer por cualquier camino con una escoba barriendo y esparciendo incienso por donde cruzara el cortejo fúnebre, el cual lo llevan otros espantos de menor poder, pero a los que les gustan las juergas”, finaliza Secundina Monroy Gualtero, ‘La Vieja Satu’.