Un ejemplo de icono

Secundina Monroy Gualtero, ‘La Vieja Satu’, cuenta: “esta es una mujer muy hermosa, rasgos de una reina, ojos penetrantes, pero tiene dientes de fiera, como si fuera la dentadura de un león, fácilmente puede partir en dos a cualquier persona y expide un olor nauseabundo; además dicen que cuando el ganado aparecía con mordidas salvajes, era porque La Muelona había estado en la zona y estaba hambrienta, por lo que la gente se acostaba temprano para evitar encontrársela y perder la vida”.

“Lo más peligroso al estar en los caminos, es cuando comienza a anochecer, a eso de las seis de la tarde, hasta cuando la luna está en su pleno esplendor, ósea como a las nueve de la noche, pues dicen que se escuchan carcajadas ensordecedoras y demoniacas, esa es la señal de que La Muelona está muy cerca; hasta las bestias se arrodillan en los caminos al escucharla. Muchos han sido víctimas de la feroz dama, porque se les aparece como la bella mujer que es, y con insinuaciones sexuales los convence de acercarse a ella, pero cuando están juntos, los devora como la fiera salvaje que es”, añade Bernardo Sánchez, ‘El Maestro Berna’.

“Como todas las deidades del mal, persigue a los hombres libidinosos y lujuriosos, también a todos a los que les encanta en trago y el juego. Algo que es muy importante saber, es que dicen que ella se ahuyenta cuando hay mujeres en embarazo o cuando hay recién nacidos; dicen que siempre, antes de atacar les dice a sus víctimas: estarás conmigo en el infierno, soy La Muelona”, enfatiza Secundina Monroy Gualtero, ‘La Vieja Satu’.

“No sé qué tan cierto sea, pero dicen que era mujer gitana, que llegó de España y que se dedicó a todos los artes de la magia negra, separando hogares y haciendo tantas maldades que hasta las jóvenes de la época dejaron de tener hijos, aun estando embarazadas. Le gustaba jugar naipe y siempre ganaba, dejando en la ruina total a las familias más pudientes de la región”, finaliza Bernardo Sánchez, ‘El Maestro Berna’.